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La congresista María Elvira Salazar, presidenta del Subcomité del Hemisferio Occidental, y el congresista Jason Smith, presidente del Comité de Medios y Arbitrios: “Estados Unidos debe aprovechar el momento y fortalecer las alianzas en América Latina”

August 23, 2024

WASHINGTON, D.C. – Hoy, The Hill publicó un artículo de opinión conjunto de la congresista María Elvira Salazar (R-FL), presidenta del Subcomité del Hemisferio Occidental, y el congresista Jason Smith (R-MO), presidente del Comité de Medios y Arbitrios, sobre el fortalecimiento de la relación entre Estados Unidos y América Latina:

Estados Unidos debe aprovechar el momento y fortalecer las alianzas en América Latina

Por la congresista María Elvira Salazar (FL-27), presidenta del Subcomité del Hemisferio Occidental, y el congresista Jason Smith (MO-08), presidente del Comité de Medios y Arbitrios

A medida que la influencia maligna de China sigue creciendo en todo el mundo, es vital que Estados Unidos fomente nuestras alianzas estratégicas en nuestro vecindario, para trasladar nuestras cadenas de suministro estratégicas fuera de China y hacia este Hemisferio

En los últimos años, varios Gobiernos latinoamericanos han experimentado un cambio drástico en su liderazgo, al elegir líderes cuyos valores se alinean más estrechamente con los nuestros aquí en casa. Nuestros vínculos mejorados con estas naciones actuarán como un contrapeso crucial a China, promoviendo nuestra seguridad nacional y económica.

Por otra parte, si no actuamos ahora corremos el riesgo de ceder nuestro dominio en el Hemisferio Occidental a uno de nuestros mayores adversarios.

China ha estado expandiendo activamente su influencia en América Latina a través de inversiones masivas en infraestructura, acuerdos comerciales y proyectos de desarrollo en las últimas décadas. De hecho, el comercio de China con América Latina se ha disparado más del 3.000 por ciento, pasando de 12.000 millones de dólares en 2000 a 450.000 millones en 2022.

Como resultado, China ha eclipsado a Estados Unidos como principal socio económico de la región. Y con mayores vínculos financieros, la influencia política de China en la región crece cada día.

Mientras China intenta atrapar a estas naciones con deudas e inversiones despilfarradoras en infraestructura, Estados Unidos debería buscar relaciones económicas mutuamente beneficiosas en la región. 

Mientras Estados Unidos está comprometido con la promoción de la libertad, el desarrollo y la democracia, China se centra en extraer recursos y en cortejar y alentar a actores malos como Cuba, Nicaragua y Venezuela. 

La política comercial estadounidense debe recompensar a los países de la región cuyos líderes impulsan cambios que se alinean con nuestros valores y no con los de la China comunista.

Hay más trabajo por hacer para apoyar el liderazgo estadounidense y promover inversiones de alto nivel en la región. Es por eso que el Comité de Medios y Arbitrios aprobó recientemente una ley para renovar el Sistema Generalizado de Preferencias con reformas significativas, incluidos nuevos criterios de elegibilidad que exigen que los países participantes traten de manera justa a las exportaciones agrícolas estadounidenses y excluyan a las naciones con crecientes vínculos militares y económicos con China.

Estas reformas son de sentido común y están diseñadas para fomentar las relaciones con socios económicos de buena fe, al tiempo que contrarrestan la influencia de China en el Hemisferio Occidental y en todo el mundo. Esperamos que los Demócratas de la Cámara de Representantes y el Senado trabajen con nosotros para promulgar esta ley pronto.

En nuestro país, las cadenas de suministro se han vuelto demasiado dependientes de las importaciones de China. Cualquier nación que dependa de un adversario para importaciones críticas, como medicamentos y alimentos, ya no es independiente sino políticamente dependiente. 

Por eso es tan importante que el Congreso utilice todas las herramientas a nuestra disposición para restablecer estas cadenas de suministro en el Hemisferio Occidental, haciendo que China rinda cuentas por sus prácticas comerciales desleales.

Por ejemplo, las empresas chinas han abusado de las medidas de control comercial y han burlado las leyes aduaneras para escapar de los aranceles estadounidenses utilizando la excepción de “minimis”. Esto ha negado a las empresas estadounidenses y del Hemisferio Occidental la capacidad de beneficiarse de la ofensiva del presidente Trump contra el comercio injusto de China. 

Es por eso que estamos presionando para que se apruebe una legislación que arregle estos abusos y ayude a repatriar la manufactura y los empleos al Hemisferio Occidental. Nuestra filosofía es simple: debemos construir, suministrar y fabricar lo que podamos en nuestro país, y lo que no podamos debe trasladarse a naciones aliadas más cercanas.

Además, Estados Unidos debe explorar la posibilidad de ampliar y fortalecer nuestros acuerdos existentes en América Latina para abrir nuevos mercados a los productos fabricados en Estados Unidos. El Acuerdo Estados Unidos-México-Canadá puede servir como un modelo importante para agilizar y estandarizar la inversión transfronteriza y la certidumbre dentro de la región.

Durante las visitas oficiales a la región en los últimos años, los líderes latinoamericanos nos han dejado en claro que preferirían trabajar con Estados Unidos en lugar de con la China comunista. Debemos demostrar que estamos con ellos, tanto con palabras como con hechos. 

Las relaciones sólidas con los países latinoamericanos revisten importancia estratégica para Estados Unidos. Con una estrategia específica para profundizar las alianzas con los países de América Latina y el Caribe, podemos mitigar la creciente huella de China y mantener nuestros propios intereses estratégicos en el Hemisferio Occidental.

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